6/2/11

El Perdón


Todo profanado. El fuego y la plaga laten en un llanto viscoso porque ningún poder sacrosanto se apiadó de nuestras faltas. De mi silencio grasiento, de la música opaca; de los bordes de tu cuerpo, lleno de atajos, y olvidado de las fórmulas y los colores. Casi todo sabe a la misma ceniza que se guarece bajo mis uñas y enturbia tu rostro y el mío. El tuyo y el mío, sí. La rutina es un viaje falaz, lejos del rumbo elegido. Me lo dijiste en una bocanada, un minuto antes del sexo, y cerraste tan fuerte los ojos, que me creció por dentro un abismo y un pajarraco burlón, que grazna en el idioma del despojo, de la ciencia y del delito.
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3 comentarios:

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  2. Huele a fin del mundo, o al fin de un mundo.

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  3. Te juro que así se sentía cuando lo escribí, como el fin de todos los mundos. Gracias y un beso grande!

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